Tras la activación, el compuesto condensado que forma el aerosol pasa del estado sólido a un agente de extinción de incendios bifásico de rápida expansión, formado por partículas sólidas de carbonato de potasio K2CO3 (el agente activo) suspendidas en un gas portador. Cuando el aerosol condensado alcanza y reacciona con la llama, los radicales de potasio (K*) se forman principalmente a partir de la disociación del K2CO3. Los K* se unen a otros radicales libres de la llama (hidroxilos OH-) formando productos estables como el KOH. Posteriormente, el KOH reacciona en presencia de CO2 y forma K2CO3 estable.
En caso de incendio de una batería de iones de litio, tanto el agente activo K2CO3 como el producto intermedio KOH reaccionan con los productos de descomposición del electrolito, como el fluoruro de hidrógeno (HF), formando productos estables como el fluoruro de potasio (KF) y el bifluoruro de potasio (KHF2). Evitando así la formación de gases altamente inflamables como el Hidrógeno (H2). La acción neutralizadora resultante controla en última instancia el fuego y permite que la temperatura en el recinto descienda por debajo del umbral necesario (~120°C) para que se mantenga el desbordamiento térmico.
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Extinción de incendios en baterías de iones de litio